Consecuencias en hijos de víctimas de violencia de género

Los grandes olvidados

Cuando una situación de violencia de género ocurre, esta no sólo tiene una afectación directa en la mujer, sino que los/as hijos/as también son víctimas de la violencia ya que estos/as suelen vivir en un entorno de relaciones violentas o incluso abuso de poder.

Además, el contexto violento forma parte de las relaciones afectivas y personales (de sus figuras de apego). Cabe tener en cuenta también, que estos hijos/as suelen depender emocionalmente de las figuras cuidadoras (que suelen ser la madre y/o el padre, en el caso de ser una pareja heterosexual), por lo que de eso depende su correcto desarrollo.

Hijos de victimas de violencia de género

Antes del nacimiento

Las consecuencias para el/la niño/a suele empezar antes de que nace. ¿Por qué? Bien, el embarazo es uno de los momentos vitales más importantes para la madre, pero también para el desarrollo del hijo/a y en la mayoría de ocasiones, el agresor suele utilizar el embarazo como un elemento de control y dominancia. En este caso, el maltratador siente mayor seguridad, se cree que el vínculo “es para siempre” o hay menos posibilidades de que la mujer lo abandone.

Además, esta violencia tiene un impacto directo en el hijo/a antes del nacimiento ya que a veces suelen darse embarazos forzosos, además de embarazos resultantes de la violencia sexual.

Otras razones podrían ser las agresiones que sufre la madre embarazada y los daños y/o malformaciones del feto, altos niveles de estrés, miedo y tensión en la madre, complicaciones en el parto y menos posibilidades de que el hijo/a sea bien acogidos durante el inicio de su vida, negligencias por parte del maltratador. Incluso a veces también por parte de la madre a causa de la invalidación y anulación de ella resultante del maltrato.

Después del nacimiento del niñ@

Las consecuencias después del nacimiento del hijo de una víctima de violencia de género suelen presentarse en diferentes síntomas en el niñ@:

  • Síntomas depresivos. Lloro, tristeza, autoestima baja.
  • Problemas de socialización. Aislamiento, inseguridad, agresividad, reacción de las competencias sociales.
  • Alteraciones del sueño . Terrores nocturnos y/o pesadillas y(o miedo a dormir solos.
  • Miedos (específicos, pensamientos catastrofistas sobre el futuro, miedo a la muerte, miedo a la pérdida del padre o la madre).
  • Problemas de integración en el colegio. Problemas de aprendizaje, dificultades de concentración y atención y disminución del rendimiento escolar.
  • Síntomas regresivos. Enuresis, encopresis, retardo en el desarrollo del lenguaje, infantilización.
  • Respuestas emocionales y de comportamiento. Rabia, cambios de humor, ansiedad, sensación de desprotección, dificultad en la identificación y expresión de emociones, sentimientos de culpa, negación o quitar importancia a la situación de violencia.
  • Síntomas cognitivos. Tendencia a asumir el sufrimiento y agresión como forma natural de relacionarse, repetición de modelos violentos y de roles de sumisión y dominio, relaciones conflictivas y adicciones, comportamiento de riesgo y evasión.
  • Síntomas de estrés postraumático. Insomnio, pesadillas, fobias, ansiedad, experimentación reiterada del trauma /flashbacks, trastornos disociativos.
  • Parentalización. El hijo/a acaba haciéndose cargo de sus padres, lo que provoca una inversión de roles.

niños con violencia de género

Consecuencias en hijos de víctimas de violencia de género: Los grandes olvidados

Cuando una situación de violencia de género ocurre, esta no sólo tiene una afectación directa en la mujer, sino que los/as hijos/as también son víctimas de la violencia ya que estos/as suelen vivir en un entorno de relaciones violentas o incluso abuso de poder.

Además, el contexto violento forma parte de las relaciones afectivas y personales (de sus figuras de apego). Cabe tener en cuenta también, que estos hijos/as suelen depender emocionalmente de las figuras cuidadoras (que suelen ser la madre y/o el padre, en el caso de ser una pareja heterosexual), por lo que de eso depende su correcto desarrollo.

Hijos de victimas de violencia de género

Antes del nacimiento

Las consecuencias para el/la niño/a suele empezar antes de que nace. ¿Por qué? Bien, el embarazo es uno de los momentos vitales más importantes para la madre, pero también para el desarrollo del hijo/a y en la mayoría de ocasiones, el agresor suele utilizar el embarazo como un elemento de control y dominancia. En este caso, el maltratador siente mayor seguridad, se cree que el vínculo “es para siempre” o hay menos posibilidades de que la mujer lo abandone.

Además, esta violencia tiene un impacto directo en el hijo/a antes del nacimiento ya que a veces suelen darse embarazos forzosos, además de embarazos resultantes de la violencia sexual.

Otras razones podrían ser las agresiones que sufre la madre embarazada y los daños y/o malformaciones del feto, altos niveles de estrés, miedo y tensión en la madre, complicaciones en el parto y menos posibilidades de que el hijo/a sea bien acogidos durante el inicio de su vida, negligencias por parte del maltratador. Incluso a veces también por parte de la madre a causa de la invalidación y anulación de ella resultante del maltrato.

Después del nacimiento del niñ@

Las consecuencias después del nacimiento del hijo de una víctima de violencia de género suelen presentarse en diferentes síntomas en el niñ@:

  • Síntomas depresivos. Lloro, tristeza, autoestima baja.
  • Problemas de socialización. Aislamiento, inseguridad, agresividad, reacción de las competencias sociales.
  • Alteraciones del sueño . Terrores nocturnos y/o pesadillas y(o miedo a dormir solos.
  • Miedos (específicos, pensamientos catastrofistas sobre el futuro, miedo a la muerte, miedo a la pérdida del padre o la madre).
  • Problemas de integración en el colegio. Problemas de aprendizaje, dificultades de concentración y atención y disminución del rendimiento escolar.
  • Síntomas regresivos. Enuresis, encopresis, retardo en el desarrollo del lenguaje, infantilización.
  • Respuestas emocionales y de comportamiento. Rabia, cambios de humor, ansiedad, sensación de desprotección, dificultad en la identificación y expresión de emociones, sentimientos de culpa, negación o quitar importancia a la situación de violencia.
  • Síntomas cognitivos. Tendencia a asumir el sufrimiento y agresión como forma natural de relacionarse, repetición de modelos violentos y de roles de sumisión y dominio, relaciones conflictivas y adicciones, comportamiento de riesgo y evasión.
  • Síntomas de estrés postraumático. Insomnio, pesadillas, fobias, ansiedad, experimentación reiterada del trauma /flashbacks, trastornos disociativos.
  • Parentalización. El hijo/a acaba haciéndose cargo de sus padres, lo que provoca una inversión de roles.
niños con violencia de género
Berta Valentín Giménez
Berta Valentín Giménez

Psicóloga Cognitivo Conductual colaboradora en PsicoAbreu, gabinetes de psicología de referencia. Ha obtenido su licenciatura en psicología por la Universidad Ramón Llull–Blanquerna de Barcelona, así como el grado en Criminología por la UOC. Máster de Psicología General Sanitaria Ramón Llull–Blanquerna y, de forma complementaria, es especialista en violencia de género con voluntariados con víctimas de Abuso Sexual Infantil.

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