¿Cómo convencer a un ser querido de ir al psicólogo?

A menudo nos solicitan ayuda familiares o seres queridos de personas que se niegan a acudir al psicólogo, pero que sin duda, necesitan nuestra ayuda en un momento complicado de sus vidas.

Algunas de las principales razones para negarse a pedir ayuda psicológica es el desconocimiento de nuestra labor y los prejuicios que todavía existen en torno a la figura del psicólogo: “no necesito ir a un psicólogo, yo no estoy loco”. Desde luego que no, para ir al psicólogo hay que estar muy cuerdo. Es cierto que, en los últimos años, se está dando más a conocer la importancia de la salud mental, pero es un recorrido que, lejos de finalizar, está comenzando a labrarse.

¿Cómo puedo convencer a mi ser querido de la importancia de acudir al psicólogo? A continuación ofreceremos algunas ideas que pueden resultar muy útiles. No obstante, lo más importante es hacerlo sin presionarle y adaptándose a su propio ritmo.

Encontrar el momento

Es importante preparar el escenario en el cual tratar este tema, ya que se trata de una conversación importante y seria, por lo que no podemos intentar hablar sobre ello en cualquier momento y en presencia de otras personas.

Elige el mejor momento y lugar, en el que la persona se encuentre cómoda y tranquila, la conversación “surja” de algún modo, y no sienta que se le obliga o fuerza a ir a terapia, ya que esto generará el efecto contrario.

Ofrecer información

Empecemos por lo más importante, ¿sabemos a qué se dedica un psicólogo?, ¿qué se trabaja en consulta?, ¿qué ventajas o beneficios puede brindarnos ir a terapia? Si nuestro ser querido no sabe responder a estas cuestiones, es normal que no quiera acudir al psicólogo, ya que supondría más ansiedad aún tener que lidiar con la incertidumbre de no saber “dónde se mete”.

Por lo tanto, es de suma importancia comenzar ofreciendo información veraz y contrastada sobre la terapia psicológica y el trabajo en consulta: Un psicólogo es un profesional con formación amplia sobre la conducta o comportamiento humano, así como los procesos psicológicos que desarrollamos a lo largo de nuestra vida. En terapia, trabajamos el autoconocimiento de nuestros procesos mentales y conductuales, para poder modificar o adaptarnos a cualquier situación o problema en el que aparezca malestar.

En consulta, se trabajará con cada persona a nivel individual, ya que el psicólogo se adapta a cada paciente en particular y a su problemática, intentando dotarle de estrategias para el afrontamiento de aquello que genera su malestar psicológico. En definitiva, el profesional de la psicología ayudará al paciente a adquirir las herramientas necesarias para gestionar y superar su malestar.

Utilizar la empatía

Este es un punto muy necesario, puesto que sentirse comprendido en su problema va a ayudar a que la persona se abra y empiece a darse cuenta de la necesidad de pedir ayuda.

Lo mejor para poder ayudar a otra persona es escucharle, ponerse en su lugar y así poder entender qué le ocurre. Hablar de ello sirve para aliviar tensiones y la presión de tener que lidiar en soledad con su malestar. Pero muchas veces, aunque pongamos la mejor de nuestras intenciones, esta ayuda se nos escapa de las manos, no sabemos o no podemos brindarla, por lo que se ve necesario acudir a la ayuda profesional, la de un psicólogo.

Involucrarse en la búsqueda del mejor profesional

Hacerle partícipe de la búsqueda de un psicólogo de la zona, preguntar a personas de confianza que hayan ido, etc. Es una primera toma de contacto, aun sin tener que decidir nada por ahora, empezar a buscar un psicólogo.

Pregúntale por sus preferencias: psicólogo o psicóloga, joven o mayor, si le gustaría que siga alguna corriente o enfoque específico… De esta forma, va eligiendo según sus necesidades y va formando parte de su proceso terapéutico.

Proponle ir a una primera visita

Si todavía se muestra reticente, puedes proponerle una toma de contacto, ir a una primera visita y no tener que decidir hasta que lo sienta. En esta primera consulta, puede hablar de lo que le ocurre y encontrar otro punto de vista profesional y objetivo. Si siente que ha conectado con el psicólogo, la sesión se le ha hecho corta y se queda “con ganas de más”… ¡Enhorabuena! has acertado con tu terapeuta.

Por supuesto, ofrécete para ir de acompañante, incluso puedes entrar los primeros minutos de sesión para aportarle seguridad. Es importante que sienta que inicia su proceso terapéutico con alguien cercano a su lado.

Quédate a su lado, ofrece ayuda

Además de acompañarle a la primera visita, ofrece tu compañía para el resto de visitas si así lo necesitara. Una vez empieza a asistir a terapia, no ha acabado “tu misión”, si no que debes seguir a su lado en todo el proceso, interesándote por sus avances y por sus sensaciones tras las sesiones. De este modo, por ejemplo, puedes proporcionarle vehículo si no lo tuviera, quedarte a cargo de sus hijos, o cubrir cualquier otra necesidad que vaya surgiendo y que le facilite acudir a terapia.

Si entra dentro de tus posibilidades y es un motivo de resistencia por parte de la persona necesitada, ofrécele ayuda económica. Quizá puedas pagar la primera sesión, o intentar aportar ayuda cuando puedas. Esto demostrará tu implicación por el tratamiento, lo que aumentará su motivación y compromiso.

Déjale que tome sus propias decisiones

Si, a pesar de todos tus esfuerzos por intentar convencerle para ir al psicólogo, la persona sigue sin querer hacerlo, deja de presionarle. A veces, es necesario que uno mismo se dé cuenta de sus necesidades y del momento de pedir ayuda.

Sobre todo, es muy importante que cada uno sea libre de tomar sus propias decisiones y de cambiar de opinión si cree que se ha equivocado. Hay que tener en cuenta que cada uno es responsable de su propio bienestar y de su salud mental.

De hecho, uno de los principios claves que aprendemos como psicólogos por experiencia es que: “no podemos ayudar a quien no quiere ayuda”.

Ahora que tienes todas las claves para convencer a tu ser querido de la importancia de acudir al psicólogo, te toca ponerlas en práctica. Pon a prueba tu capacidad de empatizar con los demás, y sobre todo, ten mucha paciencia, ya que no es fácil admitir que es hora de pedir ayuda profesional e ir a un psicólogo.

Ponte en contacto con nosotros si quieres saber más.

¡Mucha suerte!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Marina Navarro Romero

Marina Navarro Romero

Psicóloga colegiada nºAO10488 colaboradora en PsicoAbreu.
Presenta experiencia como psicóloga sanitaria en trastornos de ansiedad y depresión, autoestima, TOC, acoso escolar, altas capacidades y dificultades de la vida cotidiana, entre otras; tanto en población adulta como en niños y adolescentes.

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