¿Por qué evitamos estar mal?

Hay muchas ocasiones en las que no nos permitimos estar mal. Esto puede ocurrir por diversos motivos. Uno de ellos está relacionado con ciertas características de personalidad que hacen creer a la persona que tiene que poder con todo, ya que de otro modo sería valorada como “débil” o «sensible«. Otra razón, muy común, es la de ejercer como sostén emocional de nuestra pareja, amigos o familiares. Ante esta situación, si nos dejásemos caer, arrastraríamos a los demás, por lo que nos negamos esa opción. Del mismo modo, hay circunstancias que requieren que demos lo mejor de nosotros, por lo que empujamos nuestro malestar al rincón más profundo de nuestro ser. Por último, también es bastante habitual encontrar personas que se niegan a ver que algo en su vida que no va bien, porque eso implicaría tener que actuar en consecuencia.

En cualquier caso, negar cómo nos sentimos verdaderamente tiene consecuencias muy negativas para nuestra salud, tanto emocional como física, sobre todo cuando se convierte en un estilo de vida:

Estar mal a nivel emocional

    • Se puede producir un Desborde Emocional: nuestras emociones campan a sus anchas sin ningún tipo de control, generando una montaña rusa de sentimientos.
    • Pueden aparecer trastornos de Ansiedad y Depresión: ante la falta de afrontamiento de lo que nos está generando el malestar.
    • En algunas ocasiones, puede aparecer Disociación: esto implica que nuestro yo se fragmenta en varias partes al tener que actuar de un modo distinto a como nos sentimos realmente. Es común, cuando nos disociamos, que no nos reconozcamos a nosotros mismos.

Estar mal a nivel físico

    • Alteración del sistema inmunológico y enfermedades asociadas: cuando no se atiende de manera correcta a las emociones, generamos una reacción de estrés en el organismo que, a medio/ largo plazo, altera nuestro sistema inmunológico y favorece que se desarrollen diversas patologías.
    • Trastornos gastrointestinales. Igualmente, un estrés sostenido afecta a la secreción de jugos gástricos y, en consecuencia, se favorece la aparición de gastritis, úlceras pépticas, colon irritable…

¿Cómo evitamos que todo esto suceda?

Lo más importante de todo es comprender que las emociones negativas también forman parte de nosotros y que no es nada malo sentirlas. Estar mal también está bien, porque no todos los días van a ser buenos, y es algo que hay que saber, aceptar y afrontar con el paso del tiempo.

 A continuación os planteo algunas estrategias para desarrollar una adecuada gestión emocional:

    1. Valida todas tus emociones. No hay emociones buenas y malas, todas son necesarias y cumplen una función.
    2. Busca la causa de tu malestar. Si es algo que puedes modificar, hazlo. En caso contrario, acepta y cambia la perspectiva desde la que lo estás viendo.
    3. No cargues con responsabilidades que no te corresponden. No debes ser sostén emocional de nadie, cada uno que aprenda a gestionar sus propias emociones. Tampoco tienes que poder con todo, tal vez debas aprender a delegar ciertas funciones.
    4. Deja de creer que eres “fuerte” por no atender a emociones negativas. No se trata de ser débil o fuerte, sino de gestionar adecuadamente.
    5. Estar mal no implica tener que regocijarse en la pena o la angustia. Haz cosas que te ayuden a sentirte mejor y a cambiar la emoción que sientes en ese momento.

Si te has sentido identificado con el artículo y crees que necesitas acompañamiento para aprender a gestionar mejor tus emociones, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Psicólogos PsicoAbreu en Málaga, podrás encontrar los mejores psicólogos para ayudarte.

 

 

 

 

 

 

 

 

Beatriz González Cañadas

Beatriz González Cañadas

Beatriz González Cañadas, Graduada en Psicología por la Universidad de Málaga con Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Internacional de la Rioja. Con amplia trayectoria profesional en intervención de Trastornos de la Conducta Alimentaria en población adulta y adolescente, para lo que cuenta además con formación específica en Nutrición Humana y Dietética, lo que le permite ofrecer un abordaje completo de la problemática. Además, cuenta con experiencia en el tratamiento de la Depresión y el Duelo, y los diferentes Trastornos de Ansiedad como la ansiedad generalizada, la agorafobia, la fobia social y otras fobias específicas. Así mismo, aborda otras áreas de la Psicología como la Terapia de Pareja, la Psicooncología y la Psicología Perinatal.
El respeto, la sinceridad y la autenticidad son la base de su Terapia, siempre centrada en el bienestar y el crecimiento personal del paciente.

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