Glándula Tiroides: ¿Cómo nos afecta a nivel emocional?
Muchas son las mujeres que nos derivan de Ginecología y Endrocrinología por el estado anímico que presentan cuando van a estos especialistas. Casi todas las mujeres, cuando llegan a una cierta edad (cerca de la menopausia o después), presentan síntomas ansiosos y depresivos sin saber realmente la causa en si. Por ello, es muy importante saber diferenciar si la paciente presenta un problema de tiroides o simplemente es un trastorno anímico o ansioso.

¿Qué son las glándulas tiroides?
Encontramos la glándula tiroides en la parte delantera de la tráquea debajo de la laringe. Su forma es muy parecida a una mariposa y segrega tres hormonas: Calcitonina (que regula el nivel de calcio en sangre y favorece su depósito en los huesos), Tiroxina y Triyodotironina (que aceleran el metabolismo de las células produciendo un incremento del calor corporal). Esta función es muy importante para adaptarse a los cambios de temperatura ambiental, de aquí los famosos sofocos que las mujeres sufren en la pre, post y menopausia.
¿Sabías que…?
Las hormonas tiroideas regulan el metabolismo y la función de diferentes órganos.
Las dos hormonas tiroideas (T4 y T3) regulan el metabolismo corporal y la función de los órganos. Cada una de las células depende de las hormonas tiroideas para su crecimiento normal y desarrollo, y para regular funciones tales como la producción de energía y calor.
Las hormonas tiroideas afectan la frecuencia cardíaca, el nivel de colesterol, el peso corporal, el nivel de energía, la fuerza muscular, las condiciones de la piel, la regularidad menstrual, la memoria y muchas otras funciones.
¿Cuáles pueden ser las causas de su exceso o su déficit?
Parece ser que, cuando se producen alteraciones endocrinas, se relacionan con un exceso de secreción de la glándula en el hipertiroidismo o un tiroides hiperactivo y en el hipotiroidismo aparece un tiroides hipoactivo, lento. En ambos casos producen la hormona tiroidea por encima o por debajo de lo normal. Hay diferentes causas: genéticas, nutricionales, traumáticas, debido a la edad, por formación de tumores…
¿Qué emociones se corresponden con la glándula tiroides?
Una de las más importantes es la ira. Es donde almacenamos la rabia, el enfado, también el deseo de poder, las actitudes rígidas. Puede haber una calcificación anormal en los huesos, y se puede desarrollar una artritis, un cuerpo rígido puede indicar que hay una mente rígida.
Si tenemos una descompensación de estas hormonas, nos hacemos más vulnerables a pensar de forma más irracional, en el caso de la ira hablaríamos de la FALACIA DE LA JUSTICIA (Según el padre de la psicología cognitiva, Albert Ellis, son ideas irracionales de querer arreglar el mundo según nuestros propósitos, pero debemos recordad que no podemos controlar los pensamientos de los demás y lo que para mí es injusto para otros posiblemente NO).
Cuando presentamos problemas en dicha glándula (tanto hiper como hipotiroidismo) y empezamos a reprimir nuestras emociones y tomar papel de víctima, entre otros problemas, seremos más vulnerables a sufrir un trastorno depresivo o ansioso.

Hipertiroidismo VS hipotiroidismo
Hipertiroidismo
Hay un aumento del metabolismo y aparece calor en el organismo y transpiración. A veces coincide con haber tenido una gran decepción por no manifestarme como soy y esperar siempre la opinión de los demás, a sus expectativas. Eso produce frustración, rencor e incluso odio. Muchas veces no nos escuchamos interiormente. Aquí podríamos decir que la vulnerabilidad de padecer ansiedad es más elevada ya que los síntomas son muy similares a los de los ataques de pánicos.
Hipotiroidismo
El funcionamiento de la glándula tiroides es insuficiente y físicamente aparece afectado el sistema inmunitario, una carencia de yodo y un aumento del porcentaje de colesterol en sangre. Los síntomas son cansancio, dolores musculares, frío en las piernas y aparece el desánimo y la tristeza. Si nos damos cuenta, son síntomas muy similares a los de los trastornos anímicos por eso hay que descartar en mujeres con ciertas edades.
¿Cómo podemos saber los psicólogos si los pacientes presentan un trastorno mental y no físico?
Lo primero que debemos hacer los psicólogos clínicos es recabar toda la historia médica del paciente que creen tener ansiedad o depresión para poder hacer un buen juicio clínico sobre ello. Debemos preguntar si toman píldoras anticonceptivas, cuándo fue su última regla, si nota molestias en sus partes, tipo de alimentación o si ha engordado o adelgazado más de 5 kilos en menos de un mes etc… (en el caso de las mujeres). En el caso de los hombres (aunque es menos frecuentes estos tipos de enfermedades) debemos también recabar en su historial médico.
Una vez recogida toda su historia, tanto psicológica como médica, si creemos que hay sospecha de tiroides debemos obligatoriamente derivar al médico especialista para que haga todas las pruebas pertinentes.

¿Y luego podemos seguir un tratamiento psicológico?
Siempre es bueno recibir tratamiento psicológico para todas las enfermedades médicas y no médicas. No obstante, si sufre o no de dicha enfermedad, el tratamiento psicológico se enfocará a la modificación de los pensamientos y sus emociones (saber controlarlas y no limitarse en actividades previas).
Debemos recordar que la aceptación de lo que nos pasa y el trabajo que debemos hacer al respecto nos ayudará siempre a mejorar nuestras conductas y emociones. En nuestro caso, al ser especialistas en psicología clínica con una formación amplia, intentamos que los pacientes se den cuenta de que si pensamos de una manera menos absolutista, las emociones se normalizan dando resolución a los conflictos más racionales.
Si crees que necesitas ayuda, ponemos a tu disposición a los mejores psicólogos para que te ayuden a conocerte a ti mismo y saber que vales mucho. Si quieres más información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Licenciado en Psicología con un ámbito Clínico y especializado en terapia Cognitivo-Conductual. Colaborador en los gabinetes de psicología PsicoAbreu, Isaac está reconocido y habilitado como Psicólogo General Sanitario, Conserjería de Igualdad, Sanidad y Políticas sociales, Junta de Andalucía 2014.